Raúl Antonio Gorrín Belisario, abogado y empresario venezolano, nació en Caracas el 22 de noviembre de 1968, en el seno de una familia humilde, que lo inspiró para convertirse en un exitoso hombre de negocios e iniciativas sociales que le ha dado un lugar en la historia del empresariado venezolano contemporáneo.
El ejemplo tanto de su madre, una enfermera profesional, y su padre, inspector de salud pública, lo marcaron desde temprano en su infancia.
Mi madre era “una persona totalmente bondadosa”, mientras que su padre, que falleció cuando Gorrín tenía 13 años, “fue un hombre que me quiso mucho, me amó mucho”. El empresario atribuye a haber tenido una infancia feliz y animada por el ritmo de la salsa, como factores que lo convirtieron en un ser abierto, amigable y humanista que marcó su estilo empresarial.
“En los barrios caraqueños escuchan mucha salsa. Cuando iba al colegio desde muy temprano, ya en las casas y los ranchitos se escuchaba la salsa”, recuerda Gorrín. La vida en estos ambientes populares le marcó en una de las características personales: “me gusta hacer amigos, yo nací para hacer relaciones”. Fue en esa etapa de su vida cuando concibió labrarse un destino como empresario. “Desde niño siempre me gustó el emprendimiento, siempre soñé con construir”.